Ese, el de la cámara
El tenía muchas miradas y muchas risas.
Las risas eran notorias, sabrosas y nutritivas.
Las miradas eran más que emocionantes y menos que descifrables.
Pero una de sus miradas la plasmaba en colores y pixeles, en instantes, esos en los que había que quedarse, con el riesgo de perderse.
Las risas eran notorias, sabrosas y nutritivas.
Las miradas eran más que emocionantes y menos que descifrables.
Pero una de sus miradas la plasmaba en colores y pixeles, en instantes, esos en los que había que quedarse, con el riesgo de perderse.
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