Cuestión de coincidencias
Eso es el amor, esa es mi
respuesta, no el amor de la familia, no el que le tienes a un algo, más bien,
el que le tienes a un alguien que no era nada de ti, a alguien a quien
presentas con otro título, ese que es algo más que un cuate y algo menos que un
marido, tu "pareja" palabra que imagino, connota a esa otra persona
importante en ese momento con quien compartes sentimientos y momentos, buenos o
malos, de crecimiento, de sonrisas y algunas veces de perdederas de tiempo,
pero siempre de aprendizaje.
Y entonces, todo es parte
de una casualidad, de estar en un mismo sitio y embonar lo que te falta con lo
que le sobra y viceversa, o compartir lo que les viene bien a ambos, o
descubrir locuras nuevas para hacer un clic químico y verse, juntarse,
seguirle; seguirle más, más mientras ambos quieran, mientras su interés sea el
mismo, mientras la química ya no importe porque la haya rebasado el simple
gusto de estar ahí; mientras la coincidencia de desear quedarse lo permita,
mientras la sincronía se mantenga.
Un día te das cuenta de
que algo no funciona, y cuando te detienes para buscar acomodarlo, encuentras
más anomalías, te enteras de que apenas te vas enterando, de que es tarde, de
que ya nada coincide, de que no volverá a hacerlo.
Comentarios